El blog de la biblioteca del Colegio Don Quijote

Archivo para noviembre, 2012

Cuentos 4º B

El Dragón y La Princesa

Había una vez una princesa que se llamaba Elisa. La pobre siempre estaba aburrida, porque era hija única y además sus padres no le salir, siempre miraba por la ventana.

A cientos de kilómetros, vivía un dragón, Cospo era su nombre. Cuando estaba volando se acercó a la ventana del castillo donde miraba la princesa, y, al verla, se enamoró de ella.

Pasaron los meses y el dragón seguía cada vez más eamorado de la princesa, pero se sentía muy triste porque su amor era imposible.

Un buen día, el dragón se encontró con una hechicera. Cospo le contó lo que ocurría, y está le dijo que le ayudaría a convertirse en humano si conseguía que la princesa le diera un beso.

Pasaron los días, Cospo se fue acercando al castillo, y poco a poco se fueron haciendo amigos, hasta que undía le dio un beso y así se convirtió en hombre. Y, por fin, se enamoraron.

Sara M. 4ºB.

El principe justo.

Un principe vivía en un enorme castillo y quería casarse con una princesa el día de su cumpleaños su padre, el rey, anunció: la chica que le haga el mejor regalo se casara con mi hijo y será la reina del castillo. Todas las chicas del reino fueron al castillo a llevar regalos espectaculares. Pero el príncipe se fijó en una caja de madera que al abrirla estaba vacía.

El príncipe llamó a la chica y le dijo: ¿Por qué no me has regalado nada? – Porque de camino he encontrado gente que la necesitaba más y la he repartido.

El príncipe se arrodilló y le pidió que fuera su esposa. Se casaron y repartieron todos los regalos a los pobres. Y fueron muy felices.

Mario, 4ºB

Cuentos 4ºA

El castillo charlatán

Había una vez, un castillo, la reina, el rey, el príncipe, la princesa y el bebé. Una buena mañana al castillo le dio por hablar. Su voz era tan fuerte que escuchaba en toda la galaxia. La gente de su ciudad se mudaron a otro planeta que está a veinte años luz.

Los reyes se quedaron solos sin poder dormir hasta que ya no aguantaban más he hicieron un trato con el castillo. El trato era el siguiente: si el no se callaba le destruían y si se callaba no le destruían. El castillo lo aceptó y sus habitantes volvieron. Y vivieron felices y comieron perdices. Fin.

Laura Pedraza 4ºA.

La princesa Isabel y su gran castillo.

Érase una vez, una princesa llamada Isabel que vivía en su castillo como todas las princesas. Un día, pensó soy una princesa tengo que ser la más guapa de todo el reino. Por la tarde salió del castillo y corrió a la cabaña del brujo Santiago. Cuando entró dijo educadamente: «Hola, busco una poción que me haga ser la más guapa de todo el reino.» El brujo respondió: «Te la daré lee las instruciones o podrás morir». Calla y dámela, no he venido a que un viejo me de la lata. Él se la dio. cuando llegó a su casa dijo ¡ya he llegado! corrió a su cuarto y se la bebió como si nada. Al cabo de un rato se sintió agotada y sin fuerzas, luego calló muerta en el suelo.

Dicen que sigue rondando por su castillo y esperando a que alguien entre para matarle y tener un amigo.

Elena Castañeda 4ºA.

Cuentos 3º A

La Espada Interminable

Había una vez un lobo que cada vez que veía a alguien se lo comía. Por allí, había un caballero llamado Robert. Este hombre llevaba una espada tan larga, tan larga, tan larga, que cuando luchaba su contrincante se apartaba a dos metro y todavía llegaba la espada.

Entonces, un día Robert salió al campo, y después se encontró con el lobo, la batalla estaba reñida pero ganó Robert con éxito.

Los reyes de ese reino tenían una hija preciosa y la casaron con Robert.

Antonio.

_____________________________________________________________

El Caballero Ludovico.

Hace mucho, mucho tiempo ,a principios del siglo XIII, en una pequeña aldea de Tolosa, vivía un niño llamado Ludovico.

Ludovico era un pequeño campesino muy pobre al que le gustaba ser caballero y pasear por los campos de Tolosa. Pero, aunque su sueño de ser caballero nunca se le cumplía, él vivía feliz en su diminuta choza de paja y madera.

Ludovico tenía seis años, era bajito y algo delgado. Sus ojos eran de un color azul verdoso y su cabello corto y marrón brillaba a la luz del sol, su cara era algo ovalada, siempre llevaba una camiseta rota, vieja y deshilachada. El pobre chico, lo único que hacía era arar las tierras, regar, plantar y segar el trigo. También cuidaba de su perro Alan, al que le encantaba ayudar a Ludovico en sus duras tareas.

El día de su cumpleaños, Ludovico se fue a dar un paseo con Alan por el puente, ya que le gustaba ver llegar las barcas cargadas de barriles de vino. Allí se encontró con un caballero malherido que iba a comprarle tela de seda a la reina para que ella pudiera confeccionarse un vestido, pues le encantaba hilar con la rueca, tejer y bordar mientras conversaba con sus damas.

Ludovico se preocupó mucho por él y salió corriendo a socorrerle:

– Señor, ¿se encuentra bien?- Le preguntó Ludovico-.

– Sí, pequeñín. Tan sólo me duele el pie derecho- le contestó el caballero-.

Ludovico miró y remiró las heridas del caballero y no se lo creyó:

-¿Quieres que te ayude?- Le dijo Ludovico-.

-¿Me podrías comprar tela de seda de color rosa y azul?- Le exclamó el caballero, mientras le daba tres doblones de plata-.

Después de haberle comprado lo que le pidió, el niño se lo llevó a su choza para curarle las heridas. Cuando llegaron, su familia cuidó al caballero amablemente, que en dos semanas se curó:

-Ludovico, estoy muy agradecido por todo lo que has hecho por mí. En recompensa, ¿te gustaría ser un caballero y vivir en un castillo?-le susurró el caballero llamado Alonso-.

Ludovico asintió con la cabeza y se despidió de su familia.

En cuanto llegaron, Ludovico se vistió con ropa de paje. El castillo era muy grande, tenía gruesos muros por todas partes, un puente levadizo sobre un profundo foso. El rastrillo que protegía la entrada era de hierro y madera, los soldados hacían guardia en las almenas de las torres. El interior estaba iluminado por velas y antorchas, de las paredes colgaban tapices y en establo había caballos muy fuertes y adiestrados.

Ludovico aprendió a luchar con espada y escudo, limpiaba las armaduras, las armas,  se encargaba de cuidar a los caballos y a los perros de caza, y realizaba todas las tareas que le mandaban los reyes. Se convirtió en uno de sus mejores pajes.

Después de unos años como escudero acompañando al rey en las batallas y cargando con las armas de los caballeros, le regalaron unas espuelas de oro por su valentía y su fiel servicio al señor.

Más tarde, se celebró la ceremonia de Investidura, en una de las salas del  castillo, donde Ludovico se arrodilló ante el rey, que le dio un golpecito en cada hombro con una de sus mejores espadas, diciéndole:

– Te nombro caballero.

Ludovico se frotó los ojos con las manos, pues su sueño se había cumplido. Al día siguiente, todos los que vivían en la Corte Real se levantaron al oír unos gritos, que resonaron por todo el castillo:

– ¡Los moros nos atacan!

-¡Tolosa está en peligro!-gritó Alonso-.

Ludovico pegó un brinco, se bajó de la cama y fue a ver a los reyes:

-¡Rey, Reina! ¿Puedo salir a luchar?-preguntó-.

-Pues claro que sí- asintió la reina-.

En la batalla, se mataban unos a otros y los moros se acercaban cada vez más al  castillo. Entonces, Ludovico les ordenó a los soldados de guardia que levantaran el puente levadizo y bajaran el rastrillo.

Ludovico se lanzó a la batalla y se puso a luchar. Cada vez quedaron menos moros porque morían en la guerra. Al día siguiente, los moros huyeron horrorizados de la batalla porque el ejército de Ludovico les impedía entrar en el castillo y les atacaba con lanzas, espadas y ballestas.

Cuando terminó la batalla, todos los ciudadanos de Tolosa aplaudieron a Ludovico porque fue el que mejor luchó, y, además, se celebró en el castillo el banquete de honor por su victoria.

En el banquete de honor, los reyes y caballeros comieron ricos manjares, como jabalíes asados, y se divirtieron con los malabares de los juglares, las tonterías del bufón y las canciones de los trovadores.

Lucía del Valle Morales. 8 años

El Fantasma Atrapado (Lucía Castañeda, 6º de primaria)

Había una vez una chica que vivía en un castillo. La chica se llamaba Mª Isabel y tenía 15  años. Un buen día fue a la cabaña al lado, donde vivía un raro hechicero llamado por todos los niños «el brujo», aunque su nombre era Santiago.

Era un hombre de unos 69 años, que tenía una chepa en la espalda y una berruga en la nariz.

MªIsabel intentó que le diera una poción para ser la más bella entre vivos y muertos. Aunque ya era muy bella, no se lo creía, pues había otra muchacha que le robaba el puesto. Esta muchacha se llamaba Irene.

Irene tenía un largo cabello que le llegaba hasta la cadera. Era de ojos verdes como el vestido que llevaba los domingos a la iglesia de la aldea. Era muy simpática y lista.

Entonces, Santiago y MªIsabel empezaron a hablar:

– Buenos días ¿Qué desea señorita?

– Una poción que me ayude a ser la más bella entre vivos y muertos; -dijo MªIsabel con un poco de vergüenza.

– Bueno, eso es fácil. Pero te recomiendo una cosa: ¡lee las instrucciones! Podría ocurrir algo muy desastroso, como…

En ese momento, MªIsabel le cortó.

– Ya, ya, pero… ¿Cuánto es?

– 10 perlas y alguna que otra moneda; -contestó

– Aquí tiene. Y, si no funciona, haré que le arresten!; -respondió muy creída

Se fue al castillo, pero se encontró a Irene por el camino.

– Hola Mª Isabel, dijo contenta.

– Hola Irene ¿Por qué estás tan contenta?

Entonces Irene dijo algo que no debería haber dicho:

– Es que… ¿Sabes del caballero Iguaín? Me ha dicho: -Irene, sé que es raro, pero… ¿Aceptarías ser mi dama?

– Hum, ¡qué bien!- contestó con tristeza al ver que su amiga iba a ser novia de su amado.

En ese momento salió corriendo MªIsabel a su castillo. Se bebió rápidamente la poción, cayó al suelo débil, mientras se convertía en la más bella entre vivos pero no muertos.  Tendría que haber mezclado azufre porque en unos instantes sólo sería la más bella entre muertos. Desde ese momento la princesa vaga por los pasillos del castillo llorando en busca de su amado.

Lucía Castañeda Rodríguez, 6º de primaria

Cuentos 2ºA

LA PRINCESA CAPRICHOSA.

Había una vez, una princesa que vivía en un castillo, y que era muy caprichosa, siempre quería todo.
En el castillo también vivían sus padres, los reyes, y su hermano el príncipe.
Los reyes estaban hartos de los caprichos de su hija. y su hermano también estaba harto de sus caprichos.
Los padres de la princesa eran muy ricos y tenían muchas cosas. La princesa tenía muchos juguetes, collares, pulseras, diademas, pinzas y gomas, pero siempre quería más y más. Tenía tantas cosas que no le cabían en su habitación. Pero sus padres repartían sus riquezas a los pobres, pero la princesa cada vez se quejaba más.
Al día siguiente se fue a dar un paseo pero se encontró con una niña pobre y la habló. La princesa se dio cuenta que la niña no tenía nada y le dio mucha pena. Entonces le dijo ¿Quieres ir a casa y que te de algunos de mis juguetes y collares? la niña se alegró mucho y dijo: ¡gracias!. La princesa se alegró mucho y entonces pensó que si los otros niños no tienen nada y que con ellos también repartiria sus cosas. Así que la princesa se convirtió en una niña generosa y amable.

Miriam 2ºA

CASTILLOS Y PRINCESAS

          Irene 2ºA

Cuentos 1ºA

LOS HABITANTES DEL CASTILLO DE MIRAFLORES.

Soy Tina, una ratita que vive en un castillo. Mi familia vive aquí desde que lo hicieron los musulmanes. Después llegaron los cristianos y se mudaron a un castillo nuevo. El castillo hoy está en ruinas, pero me gusta mi hogar. Sobre todo el pasadizo que me lleva al pueblo, Piedrabuena.

Sofía 1ºA.

EL CASTILLO NATURAL.

Érase una vez, un niño que era rey de un castillo…

Un castillo lleno de paz y amor… de luz  y color.

Érase una vez, un castillo con un niño… que soñaba en ser rey.

Joel 1ºA.

Cuentos 1º B

Cuento del Castillo Encantado

Una noche, Lucía y sus amigas fueron a un castillo encantado. Había fantasmas, lobos y zombies. Lucía y sus amigas salieron corriendo, llegaron a un laberinto. Pasaron por un camino lleno de lobos y, por fin, llegaron a la torre más alta del castillo.

En la torre había una bruja y el jefe de los monstruos, pero la mamá del jefe era buena y ayudó a Lucía y sus amigas a escapar por un tobogán gigante.

Por fin, Lucía y sus amigas llegaron a sus casas con sus mamás y sus papás, y los monstruos desaparecieron para siempre.

Lucía Hurtado. 1º de Primaria B. 

________________________________________________________

El castillo de Caracuel

Había una vez un pueblo donde vivía un niño en una casa embrujada y a lo lejos vio un castillo. Decidió ir a visitarlo. Cerca vio una cueva y recordó que allí vivía un ogro que aterraba a la gente del lugar.

Como era muy valiente, entró en la cueva para darle su merecido. Con la ayuda del fantasma que vivía con el niño, tendieron una trampa al ogro. Le engañaron para encerrarlo en la torre del castillo, donde quedó para siempre.

Miguel Molero. 1º de primaria B

El castillo y el lago.

124356

Vidal y mamá. 1ºB

Certamen de Cuentos

Este año, en relación con el eje transversal del colegio «Cabalgando por la historia de nuestra provincia», se ha creado un certamen de cuentos desde 1º hasta 6º de primaria cuyo tema principal son los castillos. 

Cada profesor ha seleccionado los dos mejores cuentos de cada curso que serán subidos al blog, y, posteriormente, modificados utilizando el programa «Pages».

El fin de esta actividad es compartir los cuentos realizados por el alumnado del centro, y así disfrutar y fomentar la lectura.